

Moca reimaginada.
Inspirado en el simple placer que se encuentra en una taza de café, llega la explosión de sabor en espiral de The Signet, con especias chisporroteantes y ráfagas de moca amarga suavizadas por un suave caramelo.
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Una explosión aterciopelada, inspirada en el espresso.
Mientras el Dr. Bill, nuestro librepensador Director de Creación de Whisky, disfrutaba de una taza de su café jamaicano Blue Mountain favorito, se le ocurrió la idea de Signet. Al instante su mente se llenó de espirales de sabores a moca que no pudo olvidar. Le llevaría años dar vida a nuestro whisky sin precedentes. Pero en sus tonos de tiramisú y chocolate fundido, se pueden saborear sus más deliciosas imaginaciones.
Signet comienza con nuestro precioso espíritu de malta de chocolate, elaborado sólo una vez al año en nuestros alambiques de altura de jirafa. Su intensidad, similar a la del espresso, llena nuestra destilería de aromas más familiares en una cafetería italiana. A lo largo de los años, atemperamos su potencia con barricas raras y preciadas. Bourbon para la cremosidad. El jerez para la dulzura. La especia del roble virgen carbonizado. Todo ello equilibrado con algunos de los whiskies más antiguos que poseemos. ¿El resultado? Una explosión aterciopelada de sabor. Ráfagas de moca amarga, especias chispeantes y olas de chocolate negro, suavizadas por un suave caramelo. Un whisky como nunca antes lo había probado.
NOTAS DE CATA
COLOR: El Glenmorangie Signet presenta un color ámbar oscuro y profundo, que brilla con destellos cálidos, casi como una gema preciosa atrapada en la copa. Su intensidad cromática es el reflejo de su complejidad interna, prometiendo una experiencia sensorial rica y sofisticada desde el primer vistazo. La luz juega con su tono, mostrando matices que van del cobre al dorado, invitando a descubrir lo que aguarda en su interior.
NARIZ: Al acercarse a la copa, el primer soplo revela una nariz fascinante que no deja indiferente. Se despliega una compleja mezcla de aromas en la que predomina el cacao amargo, pero con una suavidad que recuerda al chocolate negro de alta calidad, acompañado de una envolvente fragancia de café recién molido, profundo y reconfortante. Luego, lentamente, emergen notas de frutas secas como pasas, higos y ciruelas maduras, que añaden una dulzura sutil y un toque de melaza. A medida que se profundiza, surgen delicados matices especiados, como la canela y el clavo, que se equilibran con un fondo elegante de roble tostado y una ligera presencia de humo. Es un abanico aromático que invita a descubrir nuevas capas con cada inhalación.
GUSTO: En boca, Glenmorangie Signet ofrece una entrada envolvente, densa pero suave, que recubre el paladar con una textura sedosa y lujosa. Las notas iniciales de cacao y café se entrelazan con un dulzor complejo que recuerda a frutas confitadas, como las ciruelas y los higos, con un toque de jarabe de arce que proporciona una sensación aterciopelada. A medida que el whisky se desarrolla, emergen capas de nuez tostada, miel de acacia y un sutil toque de especias como la pimienta negra y la nuez moscada, que aportan profundidad y un ligero picante. La influencia del roble tostado se hace presente, ofreciendo un retrogusto ahumado que envuelve el final largo y elegante. El acabado es limpio, pero persistente, dejando una agradable sensación de calidez que invita a seguir disfrutando de cada trago.