ST-GERMAIN Licor de Flor de Saúco

St-Germain es un licor francés elaborado con flores de saúco frescas, recogidas a mano una vez al año a finales de primavera. Para lograr su sabor exquisitamente natural, cada botella de St-Germain contiene hasta 1.000 de las mejores flores de saúco, lo que da como resultado un licor finamente elaborado, perfectamente equilibrado y refinado.

La dulzura silvestre y natural de las flores de saúco frescas, recogidas a mano, confiere a St-Germain un sabor transformador; indulgente, pero delicado, con una dulzura fresca y natural y notas de pera y madreselva. Brillante en un Spritz, o ¿por qué no añadir una pizca de "je ne sais quoi" a su cóctel favorito, gin tonic o vino espumoso?

NOTAS DE CATA

COLOR: ST-GERMAIN se presenta con un delicado tono dorado, claro y brillante, que evoca la suavidad de un amanecer en primavera. Su color tiene la calidez de un sol tenue que se filtra a través de un campo de flores, lo que prefigura la frescura y elegancia que ofrece en boca. La transparencia y el brillo invitan a explorar más allá de su aspecto visual, prometiendo una experiencia sensorial delicada y compleja.

NARIZ: Al acercar la copa, una ráfaga envolvente de flores frescas de saúco se despliega, como si se abriera un jardín primaveral en el aire. La fragancia inicial es limpia y ligera, con un toque afrutado que recuerda a las peras jugosas y a un leve matiz de naranja. A medida que la nariz se acostumbra, emergen notas sutiles de miel y un ligero perfume herbal que aporta profundidad. La combinación de estas notas florales y frutales ofrece una complejidad equilibrada y sofisticada, que cautiva sin ser abrumadora.

GUSTO: El primer sorbo es una experiencia suave, como un susurro refrescante que se desliza por el paladar. La textura de ST-GERMAIN es sedosa, envolviendo la lengua con una sensación de frescura y equilibrio. Las notas dominantes de flor de saúco se entrelazan perfectamente con un toque afrutado que recuerda a la pera madura y la cáscara de naranja. A medida que el licor se desplaza en boca, la suavidad de la miel se mezcla con un toque herbáceo que aporta una dimensión adicional de frescura. El final es limpio y largo, dejando una suave huella floral y ligeramente especiada que persiste en el retrogusto, invitando a seguir explorando su complejidad.